[El escudo]
[La historia]
“ ... se constituía de una corona de oro en su parte superior con una cruz, y dos racimos de frutas. En su parte interior tiene un castillo, sobre este San Julián, y en la parte inferior tres flores de tabaco.”
En la parte de atrás del letrero se encuentra una breve historia San Francisco Xavier y San Julián de los Güines escrita por German Hernández Larrondo. En esta breve historia habla del tabaco, los habitantes nativos, sus primeras capillas y hermitas, ingenios de azúcar, y hasta los cementerios.
Para una historia más amplia vea el redacto“Historia”
en el sitio del Círculo
Güinero de Los Angeles.
A principios del año 2002, mi tía Manuela Méndez vió esta página y viendo el escudo anterior dijo que “ese no es el escudo de Güines, o por lo menos hay otro.” Enseguida busqué por otro escudo en la red, pero no encontré ninguno. Un par de semanas más tarde Mariano Domínguez me mandó una copia del libro “Memorias 1955-1961” del colegio Salesiano San Julián y en la última página de este encontré “el otro” escudo de Güines, fiel a la descripción de Hernández Larrondo: una corona con una cruz, dos racimos de frutas, San Julián encima de un castillo, y tres flores de tabaco.
En fin, este es el escudo oficial de Güines y el de arriba es otro que descubrió Hernández Larrondo y que fué publicado por los Tejeras.
Para más detalles vea el redacto “Escudo
oficial de Güines”
en el sitio del Círculo
Güinero de Los Angeles.
[El escudo oficial]
Hasta 1915 Güines perteneció al Ayuntamiento de Guanabacoa; pero en esta fecha, cumplimentando lo dispuesto en Real Cédula firmada por Carlos IV en 24 de febrero de 1798, se creó la villa y el Ayuntamiento de Güines, siendo su primer Alcalde el Capitán D. Rafael Gavilán.
Extraido del artículo “NOTAS GUINERAS,” por el Sr. José Alonso Novo, Director de "Heraldo de Güines," y Sub Secretario de la Cámara de Comercio. Publicado en “Cuba en rotograbado,” revista semanal del diario de la Marina Habana Cuba. Num 24. Habana jueves 11 de abril de 1929.
Jacinto Hernández portó las estrellas de brigadier. Fue uno de los generales veteranos de la guerra del 1995 que más tiempo vivió en la República. En 1950 tenía 80 años. Entonces quedaban solo seis generales de los 140 que formaron el cuerpo de mando superior en la insurrección.
La biografía de Hernández es más conocida por causa de su longevidad. Además, fue un ciudadano destacado antes y después de la contienda. Nacido en 1863, a los 12 años vino a Cuba, procedente de Gran Canaria. Su padre lo aguardaba aquí. Se estableció en San Antonio de las Vegas, en el sur de La Habana.
Cuando los jefes supremos del Ejército Libertador, Máximo Gómez y Antonio Maceo, invadieron esa comarca, el Generalísimo se entrevistó con Hernández, a la sazón alcalde del pueblo. Ambos acordaron que el canario se alzaría en armas. Cumplió. El 10 de febrero de 1896 se presentó en la manigua capitaneando a 400 hombres. Gómez lo promovió a comandante. Y al concluir la campaña lo ascendió a general de brigada, operando en La Habana.
En la paz fue el primer alcalde revolucionario de la Villa de Güines. Concluido su mandato en los primeros años de la república se retiró a su finca para cultivar caña de azúcar.
Extraido del PERIODICO VICTORIA. Edición Electrónica. Organo Oficial del Comité Municipal del Partido en la Isla de la Juventud, CUBA. © Copyright 2000. Todos los derechos reservados. Autorizamos la reproducción de los trabajos siempre que se cite la fuente
El nombre de Güines deriva del nombre de su rio, a cuya parte superior llamaban los indios Güinicajina, y a la inferior Mayabeque.
Sobre el rio Güinicajina, en un lugar llamado Yamaraguas, a cinco kilómetros al sur de la actual villa, estuvo situada la Habana, o Javana, india, que según testigos [ilegible] relación al Rey “era la ciudad un gran batey, rodeado de bujios, con sus respectivos caneyes, o casas regias para el Cacique, reinando en ella el Cacique Yaguacayeo”.
Según Bernal Díaz y otros historiadores y cronistas de la época, los primeros españoles que entraron en la comarca güinera de hoy, fueron Barcía Mejía y unos compañeros suyos, náufragos que ganaron las costas de Cuba por las playa de Guanímar y se dirigían hacia el noreste.
ORIGEN DE LA PLOBLACION GUINERA [sic]
Allá por las primeras décadas del siglo XVIII, con motivo del impulso que se le había dado al cultivo del tabaco por constituir éste una de las mayores fuentes de ingreso para el erario español, acudió a la comarca güinera una colonia canaria, que se situó en la vertiente sur de la cordillera que limita por el norte la vasta llanura del Mayabeque. Esta colonia, dedicada a la siembra de la riquísima planta, bautizó sus tierras con el nombre de San Julián. Más tarde, por ser un tanto cenagoso el terreno que ocupaban, parte de esta colonia que tenía por jefe a Pedro Candelas, se trasladó a una pequeña elevación situada a unos cuatro kilómetros al sureste, próxima a las márgenes del rio. En este lugar, por todos conceptos bello, se ha ido formando al andar del tiempo una población de las más florecientes, la cual, por tradición histórica y por otras razones, pide para sí la capital de la provincia.
El escudo de Güines, que data desde aquella época, ostenta, en campo de plata, la imagen de San Julián con una mata de tabaco a su derecha.
Fué Güines desde su origen esencialmente agrícola, y de una importancia tal en el orden económico, que no pasó inadvertida a los gobernadores Marqués de la Torre y D. Luis de las Cases, quienes abrieron el camino entre la villa y la Habana. Este mismo impulso de la producción agrícola y la importancia general de la región, hicieron concebir al Conde de Santa Clara la canalización del rio, con el fin de establecer una vía fluvial que permitiese la exportación de los frutos. En efecto: en 1797, los ingenieros don Francisco y don José Lamur hicieron los correspondientes estudios. La canalización no llegó a verficarse.
El barón de Humboldt, que hizo estudios por esta comarca allá por el año de 1809, reconoció la superioridad de los factores geográficos, topográficos, químicos y climatológicos de la comarca güinera, en orden a la vida económica de un porvenir.
Como recuerdo de su paso por esta región, dejó el ilustre sabio alemán una ceiba, sembrada por su mano, en las inmediaciones de las lomas de Candela.
Extraido del artículo “NOTAS GUINERAS ,” por el Sr. José Alonso Novo, Director de "Heraldo de Güines," y Sub Secretario de la Cámara de Comercio. Publicado en “Cuba en rotograbado,” revista semanal del diario de la Marina Habana Cuba. Num 24. Habana jueves 11 de abril de 1929.